02-09-2009

Anormalidades del Liquido Amniotico durante el embarazo

El líquido amniótico que rodea el cuerpo del feto cumple un papel fundamental en su desarrollo normal. Este líquido transparente resguarda y protege al bebé. Hacia el segundo trimestre de gestación, el bebé es capaz de inhalar el líquido y de tragarlo, lo que promueve el desarrollo y el crecimiento normales de sus pulmones y su sistema gastrointestinal. El líquido amniótico también permite al bebé moverse, lo que contribuye al desarrollo normal de sus músculos y sus huesos.
El saco amniótico que contiene al bebé comienza a formarse aproximadamente 12 días después de la concepción. El líquido amniótico comienza a llenar el saco de forma inmediata. Durante las primeras semanas del embarazo, el líquido amniótico está compuesto principalmente de agua suministrada por la madre. Después de unas 20 semanas, el líquido se compone principalmente de orina fetal. El líquido amniótico también contiene nutrientes, hormonas y anticuerpos que combaten ciertas enfermedades.
La cantidad de líquido amniótico aumenta hasta las semanas 28 a 32 del embarazo, cuando es de aproximadamente un cuarto de galón. Luego, el nivel de líquido generalmente permanece estable hasta que el bebé alcanza su desarrollo completo (semanas 37 a 40), momento en que empieza a disminuir.
Sin embargo, en algunos embarazos la cantidad de líquido amniótico puede ser insuficiente o excesiva. A estas condiciones se las conoce como oligohidramnios y polihidramnios, respectivamente. Ambas condiciones pueden causar problemas a la madre y al bebé, o bien ser un síntoma de otros problemas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el bebé nace sano.

¿Cómo se diagnostican el oligohidramnios y el polihidramnios?
Mediante un examen por ultrasonido se puede determinar la cantidad de líquido amniótico. Este procedimiento consiste en medir la profundidad del líquido en cuatro cuadrantes del útero y sumar los resultados obtenidos. A este método para medir la cantidad de líquido amniótico se lo conoce como índice de líquido amniótico (ILA). Si el líquido amniótico tiene una profundidad de menos de 5 centímetros es probable que la mujer embarazada tenga oligohidramnios. Si el líquido amniótico tiene una profundidad superior a 24 centímetros, tiene polihidramnios.


¿Con qué frecuencia se produce el oligohidramnios?
Aproximadamente el cuatro por ciento de las mujeres embarazadas tiene oligohidramnios. Se puede presentar en cualquier momento durante el embarazo, aunque es más común durante el último trimestre. Aproximadamente el 12 por ciento de las mujeres cuyo embarazo se prolonga unas dos semanas después de la fecha probable de parto (42 semanas de gestación) presenta oligohidramnios, dado que el nivel de líquido amniótico tiende a disminuir al llegar a ese momento de la gestación.


¿El oligohidramnios supone riesgos para la madre o el bebé?
Los problemas relacionados con el oligohidramnios difieren según la etapa en que se encuentre el embarazo. Cuando el oligohidramnios se produce durante la primera mitad del embarazo, es más probable que se presenten consecuencias graves que si se produce durante el último trimestre. Estas consecuencias pueden ser, entre otras:
-Defectos congénitos — La insuficiencia de líquido amniótico al principio del embarazo puede hacer que los órganos del feto se compriman, lo que puede provocar malformaciones en los pulmones y en las extremidades.
-Aborto espontáneo
-Nacimiento prematuro
-Nacimiento sin vida
Si el oligohidramnios se produce durante la segunda mitad del embarazo, puede provocar deficiencias en el crecimiento fetal. Cerca del momento del parto, el oligohidramnios puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el trabajo de parto y el alumbramiento como, por ejemplo, la compresión del cordón umbilical, que puede privar al feto de recibir oxígeno y provocar su nacimiento sin vida. Las mujeres que padecen de oligohidramnios tienen más probabilidades de requerir una cesárea que las mujeres no afectadas.
¿Cuáles son las causas de la insuficiencia de líquido amniótico?
Muchas mujeres embarazadas que padecen de oligohidramnios no presentan ninguna causa identificable. Entre las causas conocidas pueden mencionarse:
-Rotura prematura de las membranas (bolsa de aguas que rodea al feto)
-Defectos congénitos, especialmente en los riñones y el tracto urinario. Los bebés con estos defectos congénitos producen menos orina, que es lo que constituye la mayor parte del líquido amniótico.
-Embarazo pasado de término (un embarazo que se prolonga dos o más semanas después de la fecha de parto estimada). Los niveles de líquido amniótico suelen bajar cuando el bebé llega al término de su gestación.
-Algunos problemas de salud de la madre, como diabetes mellitus pregestacional, presión sanguínea alta y lupus eritematoso sistémico (LES).
C-iertos medicamentos. Un grupo de medicamentos utilizados para tratar la presión sanguínea alta, denominados inhibidores de enzimas convertidoras de angiotensina (por ejemplo, captopril), puede dañar los riñones del feto y provocar casos de oligohidramnios severos seguidos de muerte fetal. Las mujeres que tienen presión sanguínea alta crónica deben consultar al médico antes de quedar embarazadas a fin de asegurarse de que su presión sanguínea esté controlada y de que cualquier medicamento que tomen no les provocará problemas durante el embarazo.
¿Cómo se trata el oligohidramnios?
Por lo general, las mujeres que tienen embarazos normales y que desarrollan oligohidramnios cerca del momento del parto no necesitan ningún tratamiento ya que sus bebés tienden a nacer sanos.2 Sin embargo, deben someterse a un seguimiento estricto. Es probable que el médico les recomiende que se realicen un examen por ultrasonido todas las semanas o con mayor frecuencia para verificar si el nivel de líquido amniótico disminuye a niveles peligrosos. Si el nivel de líquido amniótico se vuelve insuficiente, es posible que el médico recomiende que se induzca el parto para evitar complicaciones durante el trabajo de parto y el alumbramiento. Cerca de la mitad de los casos de oligohidramnios se resuelven por sí solos sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento. Además de exámenes por ultrasonido frecuentes para medir el nivel de líquido amniótico, es probable que el médico recomiende que se realicen pruebas para controlar la salud del feto, como el monitoreo fetal sin estrés, que mide el ritmo cardíaco del feto. Si las pruebas indican que el bebé está teniendo dificultades, es probable que el médico aconseje que se induzca el parto para evitar que se produzcan problemas más graves.
Los bebés en gestación con deficiencia de crecimiento cuyas madres sufren de oligohidramnios están expuestos a un riesgo mayor de sufrir complicaciones como, por ejemplo, asfixia (falta de oxígeno), tanto antes como durante el parto. Las madres de estos bebés se someten a un seguimiento riguroso y, en algunos casos, es necesario internarlas.
Si una mujer sufre de oligohidramnios severo cerca del momento del parto, es posible que el médico sugiera que se le introduzca agua salada (una solución salina) en el útero a través del cuello uterino. Este tratamiento, llamado amnioinfusión, puede ayudar a reducir las complicaciones durante el trabajo de parto y el alumbramiento y disminuye la necesidad de realizar una cesárea. Algunos estudios indican que las mujeres con oligohidramnios pueden aumentar sus niveles de líquido amniótico ingiriendo cantidades de agua adicionales. Asimismo, muchos médicos recomiendan reducir la actividad física e incluso aconsejan el reposo en cama.

¿Con qué frecuencia se produce el polihidramnios?
Alrededor del uno por ciento de las mujeres embarazadas tiene una cantidad excesiva de líquido amniótico. La mayoría de los casos son leves y se producen como resultado de una acumulación gradual excesiva de líquido durante la segunda mitad del embarazo. Sin embargo, un pequeño porcentaje de mujeres sufre una acumulación rápida de líquido amniótico ya a las 16 semanas de embarazo, que por lo general conduce a un parto muy prematuro.

¿Cuáles son las complicaciones que puede provocar el polihidramnios en la madre y el bebé? Aunque las mujeres que sufren de polihidramnios leve presentan pocos síntomas, en los casos más severos puede presentarse malestar abdominal y dificultades para respirar, ya que el útero oprime los órganos abdominales y los pulmones.
El polihidramnios también puede aumentar el riesgo de complicaciones del embarazo, incluyendo:
-Parto prematuro
-Rotura prematura de las membranas
-Desprendimiento de la placenta (cuando la placenta se desprende de manera parcial o total de la pared uterina antes del parto)
-Nacimiento sin vida
-Hemorragia post-parto (sangrado intenso después del parto)
-Mala posición fetal (el bebé no se encuentra con la cabeza hacia abajo; puede ser necesaria una cesárea)

¿Cuáles son las causas del polihidramnios?
En aproximadamente dos tercios de los casos se desconoce la causa del polihidramnios.2 Cerca del 20 por ciento de los bebés de embarazos afectados por polihidramnios tiene un defecto congénito.3 Algunos de estos defectos contribuyen al polihidramnios, principalmente aquellos que impiden que el feto pueda tragar normalmente, como los defectos congénitos que afectan el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central. Por lo general, el feto, al tragar, ayuda a mantener constante el nivel de líquido amniótico en relación con su producción.
Otras causas menos comunes del polihidramnios incluyen:
-Incompatibilidades sanguíneas entre la madre y el feto (por ejemplo, intolerancia del factor Rh)
-Síndrome de transfusión fetal (una complicación que afecta a los embarazos de gemelos, en los que uno de los fetos recibe demasiado flujo sanguíneo y el otro feto no recibe suficiente debido a conexiones entre los vasos sanguíneos en la placenta compartida)
-Diabetes en la madre
-Infección fetal, por ejemplo, con el parvovirus B19 (que en la niñez suele causar una enfermedad leve llamada quinta enfermedad)

¿Cómo se trata el polihidramnios?
Si un examen por ultrasonido de rutina muestra señales de polihidramnios, el médico recomendará a la mujer que se realice un examen por ultrasonido más detallado para diagnosticar o descartar la existencia de defectos congénitos y síndrome de transfusión fetal. Es posible que el médico también recomiende a la mujer que se realice una amniocentesis (la extracción de una pequeña cantidad de líquido amniótico a través de una aguja que se inserta en el abdomen de la madre para verificar si existe algún defecto congénito) y un análisis de sangre para saber si tiene diabetes. En muchos casos, el polihidramnios se cura sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento, especialmente cuando es leve. En otros casos, puede desaparecer cuando se corrige el problema que lo provoca. Por ejemplo, el tratamiento de los niveles elevados de azúcar en la sangre en las mujeres que sufren de diabetes o el tratamiento de determinados trastornos del ritmo cardíaco fetal (medicando a la madre) suele reducir los niveles de líquido amniótico.
Por lo general, los médicos realizan un seguimiento estricto de las mujeres que sufren de polihidramnios sometiéndolas a exámenes por ultrasonido una vez por semana (o con más frecuencia) para verificar los niveles de líquido amniótico. También se recomienda realizar pruebas para controlar la salud del feto para detectar signos de dificultades fetales. Si la mujer embarazada siente demasiado malestar como consecuencia del volumen excesivo de líquido, el médico puede indicarle un tratamiento con indometacina. Este medicamento ayuda a disminuir la producción de orina fetal y reduce los niveles de líquido amniótico. También se puede practicar una amniocentesis para drenar el exceso de líquido. Puede ser necesario repetir este procedimiento varias veces.
Si las pruebas indican que la madre y el bebé están en buen estado de salud, por lo general la mujer que sufre de polihidramnios leve cerca del momento del parto no necesita recibir ningún tipo de tratamiento.

Si el líquido amniótico es de color distinto al normal, ¿significa que hay riesgos para el bebé?
El líquido amniótico normal es transparente o amarillento. El líquido de color verde o marrón generalmente indica que el feto ha realizado una descarga de meconio (materia fecal que se forma antes del nacimiento y que normalmente se libera en el primer movimiento intestinal después de nacer). Esto puede ser una señal de sufrimiento fetal. En ocasiones, el bebé puede respirar el líquido en los pulmones, lo que puede producir problemas respiratorios serios (síndrome de aspiración de meconio) que requiere su tratamiento inmediato. Cuando el médico observa la presencia de meconio durante el parto, puede tratar a la madre con una amnioinfusión para intentar evitar estas complicaciones en el bebé.
El líquido de color rosado sugiere que hubo una hemorragia reciente mientras que el líquido amniótico de color vino indica una hemorragia ocurrida en el pasado. Estos signos pueden tener poca o ninguna importancia, pero es posible que se sugiera realizar algún análisis para detectar las posibles causas.

No hay comentarios.: