Las diferencias entre hombres y mujeres se gestan en el cerebro
Las diferencias entre hombres y mujeres tienen su origen en el cerebro, que determina el desarrollo de las habilidades y comportamientos propios de cada sexo.
Según el investigador, los hombres desarrollan mejor el lado derecho de su cerebro, mientras que las mujeres ejecutan mejor el lado izquierdo. Así lo expresó a EFE en una entrevista el catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco J. Rubia, con motivo de la publicación de su libro "¿Qué sabes de tu cerebro?", donde trata de responder a sesenta cuestiones básicas sobre la actividad cognitiva.
Según detalla Rubia en el libro, estas divergencias se producen por las distintas funciones que realiza cada uno de los hemisferios del cerebro: mientras el izquierdo se encarga de todo lo relacionado con el lenguaje, el derecho determina las habilidades visuoespaciales.
Los hombres muestran desde niños un mayor desarrollo de la parte derecha de su cerebro, lo que les hará más aptos para actividades como conducir o jugar al ajedrez, mientras que las niñas utilizan con mayor frecuencia la parte contraria, por lo que realizarán un mejor uso del lenguaje.
Estas diferencias se extienden al cuerpo calloso que une los dos hemisferios, más desarrollado en las mujeres, haciéndolas más conscientes de sus emociones, y a otras partes de la corteza cerebral, como el núcleo del hipotálamo, que regula la actividad sexual, dos veces y media más grande en los hombres heterosexuales que en las mujeres y en los hombres homosexuales.
Otra parte del cerebro, los neurotransmisores, son, según Rubia, los responsables de la adicción a las drogas, que está asentada en muchas especies, entre ellas el hombre, "desde tiempos inmemoriales".
Estos transmisores crean un sistema de recompensas a través de un estimulante llamado dopamina para afrontar los conflictos con el entorno, que es aprovechado por las drogas para generar adicción al provocar el mismo efecto que la sustancia cerebral.
Además, para Rubia el cerebro como conjunto determina nuestra percepción de la realidad y nos hace vivir "una película similar a Matrix", donde parece que tomamos nuestras propias decisiones cuando en realidad no ocurre exactamente así.
"Al parecer, la actividad que conduce un movimiento voluntario es, en primer lugar, inconsciente, y sólo muy posteriormente se hace consciente", asegura en el libro el catedrático de Fisiología, para el que este descubrimiento pone en duda el concepto de libertad del hombre y quiebra la idea de pecado defendida por las religiones, y la de responsabilidad personal, en la que se basa el sistema penitenciario.
Según este investigador, una de las principales incógnitas que queda por descubrir en el cerebro es cómo se generan las ideologías que, a su juicio, son "unos anteojos" que nos ponemos para darle sentido a una realidad que no funciona siguiendo unos esquemas determinados.
Se trataría, según Rubia, del último paso en un proceso evolutivo en el que el cerebro "persigue independizarse cada vez más del mundo exterior".
Terra/EFE
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