Incontinencia urinaria
Las mujeres mayores de 25 años durante el primer parto tuvieron mayor prevalencia de incontinencia urinaria. Dicho efecto se atenúa en relación con la edad real.
La paridad es un factor de riesgo establecido para la incontinencia urinaria en mujeres jóvenes y de edad mediana. Las evidencias sobre cuál es la influencia de los factores obstétricos sobre esa relación son incongruentes. Sin embargo, aún menos conocidos son los factores maternos, como la edad y el riesgo de incontinencia en etapas más alejadas de la vida. En Noruega, la edad de la madre en el primer parto ha aumentado de 22,6 años en 1968 a 27,1 años en 2002. Ésta parece ser la tendencia en muchos países del mundo occidental. El estudio noruego EPINCONT ((EPidemiology of INCOntinence en el condado de Nord-Trøndelag) está basado en la comunidad e incorporó un gran número de participantes. El Nord-Trøndelag Health Study (estudio HUNT) es una colaboración entre el HUNT Research Center, la Facultad de Medicina de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, Verdal, el instituto de Salud Pública de Noruega y el Consejo del Condado de Nord-Trøndelag. Los datos sobre incontinencia que surgen de aquel estudio están relacionados con el Medical Birth Registry (Registro de Nacimientos) de Noruega, el cual posee datos de todos los partos producidos en Noruega desde 1967. Por lo tanto, la base de datos resultante es considerada como segura para el análisis de la incontinencia en relación con los partos.
Objetivo
El análisis de la asociación entre la incontinencia urinaria y la edad de la madre en el momento del primer y último parto. Ya había quedado establecido que el efecto de la paridad es mayor entre las mujeres jóvenes, las cuales todavía están en la fase reproductiva. Por lo tanto, también se investigó la existencia de una asociación posible con la edad materna.
Material y métodos
El estudio EPINCONT es parte de la encuesta HUNT 2, la cual fue realizada en el condado de Nord-Trøndelag, en Noruega, entre 1995 y 1997. Los datos fueron relacionados con el Registro de Nacimiento de Norueba (Medical Birth Registry) desde 1967. El estudio estuvo integrado por 11.397 mujeres.
Incontinencia urinaria
Se definió como incontinencia urinaria a cualquier tipo de pérdida de orina. A las mujeres con pérdida involuntaria de orina se las interrogó acerca de las circunstancias de la pérdida urinaria (tos, estornudos, risa, otros esfuerzos) y si la pérdida estaba acompañada de la urgencia súbita e intensa de orinar. Sobre la base de estas preguntas, la incontinencia se clasificó como incontinencia de esfuerzo, urgencia miccional o incontinencia mixta. No se incluyeron 97 mujeres con otros tipos de incontinencia o una incontinencia que no podía ser clasificada.
Se estableció un índice de gravedad que se validó mediante el uso de un apósito durante 48 horas y permitió establecer el grado de incontinencia. El índice (1-8) se calculó multiplicando la frecuencia (4 niveles) y la cantidad de pérdida urinaria por vez (reducido a 2 niveles: gotas vs cantidades pequeñas/cantidades grandes). La incontinencia se clasificó de la siguiente manera: leve (1-2), moderada (3-4) o grave (6-8). Se excluyeron 187 mujeres incontinentes que no pudieron ser clasificadas de acuerdo al índice de gravedad.
La prevalencia de incontinencia fue 24,2%. La prevalencia de incontinencia de esfuerzo, urgencia miccional o mixta fue 14,8%, 1,8% y 6,8%, respectivamente mientras que el 0,8% fueron casos inclasificables. La incontinencia leve se constató en el 12,2% de las mujeres mientras que el 7,2% tenía incontinencia moderada y el 3,2%, incontinencia grave; el 1,6%, sin clasificación. Debido a que este subestudio estuvo limitado a mujeres de 64 años o menos, la prevalencia difiere algo de la que surge del estudio EPINCONT.
Otras variables y clasificación
Las edades en el primer y último parto se obtuvieron del Registro de Nacimientos y se utilizaron como variables en este estudio. Luego de investigar la relación entre la edad en el momento del parto (las mujeres se separaron en grupos de 5 años) y la incontinencia, para proceder al análisis se hicieron dos grupos: edad materna de 25 años o menos versus edad materna de 26 años o más.
La edad real fue un efecto modificador potencial y se categorizó en grupos de 15 años. Hubo 3.275 mujeres en el grupo de 20 a 34 años; 6.690, en el grupo de 35 a 49 años y, 1.432, en el grupo de 50 a 64 años. Las mujeres con edad real de 25 años o menos, y por lo tanto las pertenecientes al grupo de 20 a 34 años, se consideraron, por definición, no expuestas a la variable.
Los factores de error potenciales fueron: la edad real, el número de partos, los años transcurridos desde el último parto y el índice de masa corporal. El número de partos y los años transcurridos desde el últmo parto se obtuvieron del registro de nacimientos.
Resultados
Las mujeres que tenían 25 años o menos en su primer parto tenían menor riesgo de incontinencia que las mujeres de más edad (23% vs 28%). En el grupo de mujeres cuya edad real estaba entre 50 y 64 años no se halló un efecto significativo de la edad de la madre en el primer parto. El ajuste de los factores de error no modificó los resultados. La edad en el último parto se asoció menos con incontinencia.
Comentario
La principal conclusión de este estudio es que las mujeres con más de 25 años en el primer parto tienen mayor riesgo de incontinencia, comparado con las de menor edad. Sin embargo, el efecto se atenúa cuanto mayor es la edad real y desaparece en el grupo de 50 a 64 años. Esto concuerda con los resultados previos del EPINCONT; los efectos de la paridad son más débiles. La edad en el último parto parece tener menos importancia.
Los datos de incontinencia de esta encuesta son coincidentes y la clasificación del tipo y el índice de gravedad han sido validados. Luego de analizar los factores de error, los autores concluyen que no afectan en forma significativa los resultados por lo que consideran que esta encuesta es válida. Pero aclaran que la investigación del efecto de los factores de riesgo implica una gran cantidad de cálculos analíticos, y el riesgo de afectar los resultados estadísticamente significativos por azar es mayor. Esto debe ser tenido en cuenta a la hora de interpretar los resultados.
La edad materna durante el primer parto como factor de riesgo de incontinencia urinaria ha sido investigada con anterioridad, dicen, y entre otros trabajos los autores comentan el de Schytt y colaboradores, quienes investigaron la incontinencia de esfuerzo un año después del parto, y comprobaron que a mayor edad, las primíparas tenían mayor prevalencia de incontinencia. Sin embargo, aclaran los autores, esto pudo haber sido un efecto de la edad real, la cual es un conocido factor de riesgo de incontinencia. Si bien los autores sostienen que las comparaciones directas son difíciles de hacer debido a la diferencia de métodos utilizados, destacan que los resultados de ése y otros trabajos comentados (incluidos los casos de incontinencia en relación con cirugía previa) coinciden con los del presente estudio.
Teniendo en cuenta que las complicaciones obstétricas tienen más posibilidad de ocurrir durante el primer parto que en los posteriores, los autores se preguntan si es posible que en su estudio, este factor de riesgo sea más importante que el parto por sí mismo. “Nosotros investigamos varios factores de riesgo obstétricos (parto con fórceps o vacuo-extractor, parto distócico) en un estudio previo y comprobamos que los efectos, si los hubo, fueron muy pequeños, aún en las primíparas.” La edad materna en el último parto ha sido menos investigada. Este parámetro expresa la edad materna y el tiempo transcurrido desde la última exposición hasta que tuvo lugar un parto vaginal. En el presente estudio, los autores hicieron el ajuste teniendo esto último en cuenta.
Dos trabajos previos no encontraron asociación entre la edad del último parto y la incontinencia. Foldspang y colaboradores comprobaron una asociación positiva para mujeres de 30 a 44 años pero negativa para mujeres de 45 a 59 años. MacArthur y colaboradores comprobaron que la edad materna durante el parto no solo tuvo importancia en la primíparas sino también en las multíparas. Sin embargo, dicen, el momento del último parto no fue un dato de ajuste en ese estudio. “Nuestros resultados,” acotan, “coinciden con estos dos últimos trabajos, comprobando que la edad en el último parto tiene una importancia relativamente pequeña, aún considerando un riesgo relativo de 1,5 para la incontinencia de esfuerzo en el grupo de mujeres más jóvenes. Se podría argumentar que para las primíparas, el primer parto también podría ser el último y que las primíparas representan una proporción relativamente más grande en el grupo de menor edad.” Por lo tanto, el resultado podría estar sesgado a favor de una relación más estrecha, mientras que “nosotros comprobamos que la relación es más débil.” Por otra parte, agregan, “la exclusión de las primíparas de nuestro análisis no produjo modificaciones en los cálculos.”
El estudio actual no fue diseñado para investigar los mecanismos fisiopatológicos subyacentes de las asociaciones encontradas. Los investigadores consideran que los músculos del piso pélvico son más fuertes y por lo tanto más continentes durante el parto en las mujeres menores de 25 años. Sin embargo, los datos hallados (resultados no mostrados) no indican que la edad menor de 20 años en el primer parto sea más beneficiosa que la edad de 20 a 25 años, como demostraron estudios previos.
Existe poca literatura comparativa o de importancia sobre el impacto que pueda tener el aumento de la edad real sobre el efecto de la mayor edad materna sobre la incontinencia urinaria. En el presente estudio, los efectos de la edad materna disminuyen con la edad real y desaparecen luego de los 50 años.
Conclusión
La edad mayor de 25 años en el momento del primer parto se asoció con incontinencia urinaria. Se observó que dicho efecto se fue atenuando con la edad real.
Las mujeres mayores de 25 años durante el primer parto tuvieron mayor prevalencia de incontinencia urinaria. Dicho efecto se atenúa en relación con la edad real.
La paridad es un factor de riesgo establecido para la incontinencia urinaria en mujeres jóvenes y de edad mediana. Las evidencias sobre cuál es la influencia de los factores obstétricos sobre esa relación son incongruentes. Sin embargo, aún menos conocidos son los factores maternos, como la edad y el riesgo de incontinencia en etapas más alejadas de la vida. En Noruega, la edad de la madre en el primer parto ha aumentado de 22,6 años en 1968 a 27,1 años en 2002. Ésta parece ser la tendencia en muchos países del mundo occidental. El estudio noruego EPINCONT ((EPidemiology of INCOntinence en el condado de Nord-Trøndelag) está basado en la comunidad e incorporó un gran número de participantes. El Nord-Trøndelag Health Study (estudio HUNT) es una colaboración entre el HUNT Research Center, la Facultad de Medicina de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, Verdal, el instituto de Salud Pública de Noruega y el Consejo del Condado de Nord-Trøndelag. Los datos sobre incontinencia que surgen de aquel estudio están relacionados con el Medical Birth Registry (Registro de Nacimientos) de Noruega, el cual posee datos de todos los partos producidos en Noruega desde 1967. Por lo tanto, la base de datos resultante es considerada como segura para el análisis de la incontinencia en relación con los partos.
Objetivo
El análisis de la asociación entre la incontinencia urinaria y la edad de la madre en el momento del primer y último parto. Ya había quedado establecido que el efecto de la paridad es mayor entre las mujeres jóvenes, las cuales todavía están en la fase reproductiva. Por lo tanto, también se investigó la existencia de una asociación posible con la edad materna.
Material y métodos
El estudio EPINCONT es parte de la encuesta HUNT 2, la cual fue realizada en el condado de Nord-Trøndelag, en Noruega, entre 1995 y 1997. Los datos fueron relacionados con el Registro de Nacimiento de Norueba (Medical Birth Registry) desde 1967. El estudio estuvo integrado por 11.397 mujeres.
Incontinencia urinaria
Se definió como incontinencia urinaria a cualquier tipo de pérdida de orina. A las mujeres con pérdida involuntaria de orina se las interrogó acerca de las circunstancias de la pérdida urinaria (tos, estornudos, risa, otros esfuerzos) y si la pérdida estaba acompañada de la urgencia súbita e intensa de orinar. Sobre la base de estas preguntas, la incontinencia se clasificó como incontinencia de esfuerzo, urgencia miccional o incontinencia mixta. No se incluyeron 97 mujeres con otros tipos de incontinencia o una incontinencia que no podía ser clasificada.
Se estableció un índice de gravedad que se validó mediante el uso de un apósito durante 48 horas y permitió establecer el grado de incontinencia. El índice (1-8) se calculó multiplicando la frecuencia (4 niveles) y la cantidad de pérdida urinaria por vez (reducido a 2 niveles: gotas vs cantidades pequeñas/cantidades grandes). La incontinencia se clasificó de la siguiente manera: leve (1-2), moderada (3-4) o grave (6-8). Se excluyeron 187 mujeres incontinentes que no pudieron ser clasificadas de acuerdo al índice de gravedad.
La prevalencia de incontinencia fue 24,2%. La prevalencia de incontinencia de esfuerzo, urgencia miccional o mixta fue 14,8%, 1,8% y 6,8%, respectivamente mientras que el 0,8% fueron casos inclasificables. La incontinencia leve se constató en el 12,2% de las mujeres mientras que el 7,2% tenía incontinencia moderada y el 3,2%, incontinencia grave; el 1,6%, sin clasificación. Debido a que este subestudio estuvo limitado a mujeres de 64 años o menos, la prevalencia difiere algo de la que surge del estudio EPINCONT.
Otras variables y clasificación
Las edades en el primer y último parto se obtuvieron del Registro de Nacimientos y se utilizaron como variables en este estudio. Luego de investigar la relación entre la edad en el momento del parto (las mujeres se separaron en grupos de 5 años) y la incontinencia, para proceder al análisis se hicieron dos grupos: edad materna de 25 años o menos versus edad materna de 26 años o más.
La edad real fue un efecto modificador potencial y se categorizó en grupos de 15 años. Hubo 3.275 mujeres en el grupo de 20 a 34 años; 6.690, en el grupo de 35 a 49 años y, 1.432, en el grupo de 50 a 64 años. Las mujeres con edad real de 25 años o menos, y por lo tanto las pertenecientes al grupo de 20 a 34 años, se consideraron, por definición, no expuestas a la variable.
Los factores de error potenciales fueron: la edad real, el número de partos, los años transcurridos desde el último parto y el índice de masa corporal. El número de partos y los años transcurridos desde el últmo parto se obtuvieron del registro de nacimientos.
Resultados
Las mujeres que tenían 25 años o menos en su primer parto tenían menor riesgo de incontinencia que las mujeres de más edad (23% vs 28%). En el grupo de mujeres cuya edad real estaba entre 50 y 64 años no se halló un efecto significativo de la edad de la madre en el primer parto. El ajuste de los factores de error no modificó los resultados. La edad en el último parto se asoció menos con incontinencia.
Comentario
La principal conclusión de este estudio es que las mujeres con más de 25 años en el primer parto tienen mayor riesgo de incontinencia, comparado con las de menor edad. Sin embargo, el efecto se atenúa cuanto mayor es la edad real y desaparece en el grupo de 50 a 64 años. Esto concuerda con los resultados previos del EPINCONT; los efectos de la paridad son más débiles. La edad en el último parto parece tener menos importancia.
Los datos de incontinencia de esta encuesta son coincidentes y la clasificación del tipo y el índice de gravedad han sido validados. Luego de analizar los factores de error, los autores concluyen que no afectan en forma significativa los resultados por lo que consideran que esta encuesta es válida. Pero aclaran que la investigación del efecto de los factores de riesgo implica una gran cantidad de cálculos analíticos, y el riesgo de afectar los resultados estadísticamente significativos por azar es mayor. Esto debe ser tenido en cuenta a la hora de interpretar los resultados.
La edad materna durante el primer parto como factor de riesgo de incontinencia urinaria ha sido investigada con anterioridad, dicen, y entre otros trabajos los autores comentan el de Schytt y colaboradores, quienes investigaron la incontinencia de esfuerzo un año después del parto, y comprobaron que a mayor edad, las primíparas tenían mayor prevalencia de incontinencia. Sin embargo, aclaran los autores, esto pudo haber sido un efecto de la edad real, la cual es un conocido factor de riesgo de incontinencia. Si bien los autores sostienen que las comparaciones directas son difíciles de hacer debido a la diferencia de métodos utilizados, destacan que los resultados de ése y otros trabajos comentados (incluidos los casos de incontinencia en relación con cirugía previa) coinciden con los del presente estudio.
Teniendo en cuenta que las complicaciones obstétricas tienen más posibilidad de ocurrir durante el primer parto que en los posteriores, los autores se preguntan si es posible que en su estudio, este factor de riesgo sea más importante que el parto por sí mismo. “Nosotros investigamos varios factores de riesgo obstétricos (parto con fórceps o vacuo-extractor, parto distócico) en un estudio previo y comprobamos que los efectos, si los hubo, fueron muy pequeños, aún en las primíparas.” La edad materna en el último parto ha sido menos investigada. Este parámetro expresa la edad materna y el tiempo transcurrido desde la última exposición hasta que tuvo lugar un parto vaginal. En el presente estudio, los autores hicieron el ajuste teniendo esto último en cuenta.
Dos trabajos previos no encontraron asociación entre la edad del último parto y la incontinencia. Foldspang y colaboradores comprobaron una asociación positiva para mujeres de 30 a 44 años pero negativa para mujeres de 45 a 59 años. MacArthur y colaboradores comprobaron que la edad materna durante el parto no solo tuvo importancia en la primíparas sino también en las multíparas. Sin embargo, dicen, el momento del último parto no fue un dato de ajuste en ese estudio. “Nuestros resultados,” acotan, “coinciden con estos dos últimos trabajos, comprobando que la edad en el último parto tiene una importancia relativamente pequeña, aún considerando un riesgo relativo de 1,5 para la incontinencia de esfuerzo en el grupo de mujeres más jóvenes. Se podría argumentar que para las primíparas, el primer parto también podría ser el último y que las primíparas representan una proporción relativamente más grande en el grupo de menor edad.” Por lo tanto, el resultado podría estar sesgado a favor de una relación más estrecha, mientras que “nosotros comprobamos que la relación es más débil.” Por otra parte, agregan, “la exclusión de las primíparas de nuestro análisis no produjo modificaciones en los cálculos.”
El estudio actual no fue diseñado para investigar los mecanismos fisiopatológicos subyacentes de las asociaciones encontradas. Los investigadores consideran que los músculos del piso pélvico son más fuertes y por lo tanto más continentes durante el parto en las mujeres menores de 25 años. Sin embargo, los datos hallados (resultados no mostrados) no indican que la edad menor de 20 años en el primer parto sea más beneficiosa que la edad de 20 a 25 años, como demostraron estudios previos.
Existe poca literatura comparativa o de importancia sobre el impacto que pueda tener el aumento de la edad real sobre el efecto de la mayor edad materna sobre la incontinencia urinaria. En el presente estudio, los efectos de la edad materna disminuyen con la edad real y desaparecen luego de los 50 años.
Conclusión
La edad mayor de 25 años en el momento del primer parto se asoció con incontinencia urinaria. Se observó que dicho efecto se fue atenuando con la edad real.
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