20-08-2006

PSICOLOGÍA DE LA CONSCIENCIA
Valores y Neurotransmisores
Este artículo de Sintergetica, se debe al Dr. Jorge Carvajal Posada y lo encontraran en la página www.davida-red.org

De tal manera que el secreto de la vida es muy simple: respirar. Estas vivo mientras respiras, esto es cierto desde el punto de vista de la conciencia, si eres maestro de tu respiración, eres maestro de tus ritmos. Pero cuando eres maestro de tus ritmos, cambias tu patrón respiratorio. Y al cambiar el patrón respiratorio estás cambiando el patrón de liberación de estas setenta moléculas o neuro-péptidos que están traduciendo tus códigos emocionales en códigos fisiológicos. Están transformando tu fisiología. Por esto es una de las ciencias más sagradas en todas las escuelas de sabiduría es la ciencia de la respiración. Yo realmente no concibo que la iniciación, o la expansión de conciencia sea que vas a respirar como un perrito cansado, y a esto le llamamos renacimiento. Esto es una caricatura, esto no es saber manejar el instrumento humano, porque es que tú no expandes la conciencia porque cambias tu respiración. Tú cambias tu respiración porque expandes tu conciencia. Es totalmente lo contrario de lo que pensábamos. Es muy fácil que ahora nos tomemos de las manos todos y respiremos e hiper-ventilemos, producimos una alcalosis metabólica y obviamente cuando yo estoy en alcalosis metabólica ya no estoy en el cuerpo, y ya he perdido el control y van a aparecen imágenes y pajaritos de oro y entonces a esto lo vamos a llamar renacimiento. Entonces en medio de este mundo de confusión creemos que en un fin de semana podemos expandir la conciencia simplemente porque respiramos, aunque no amemos a nuestra mujer, ni queramos a nuestros hijos, y no abracemos la vida. Esto no es ya ni siquiera una crítica, porque es que lo más grave, es que no pasa nada. Es que estás en un ratito fuera del cuerpo, te sales en astral y crees que esto es un estado de conciencia trascendental. Un estadio de conciencia trascendental es tomar posesión del cuerpo, porque casi nunca estamos realmente en él. Casi nunca somos realmente conscientes del cuerpo, vivimos en el mundo de los deseos, en el mundo astral, no vivimos en el cuerpo, y cuando vivimos en el mundo de los deseos somos consumistas, o consumidores, o consumidos, o mercancías como casi siempre. Realmente no somos lo que somos, ahora de lo que se trata es de ser conscientemente lo que somos, de ser ingenieros de un instrumento maravilloso que nos ha regalado la evolución para aprenderlo a manejar. Así que primero olvídense de la respiración, porque la respiración es automática y ustedes organizan su ritmo respiratorio según su estado de conciencia. Automáticamente cuando ustedes están en la pausa inspiratoria están invocando la energía del alma. Es así de simple. Miren algo. Piensen en algo que a ustedes los eleve, que los haga trascender, que los haga ser transpersonales, y que los aproxime a su verdadero ser, el alma, este ser que es trans-personal. Pero piensen en algo que les genere una profunda devoción. Automáticamente ustedes tienen este pensamiento, están invocando, están aspirando, están inspirando, y sin darse cuenta se quedan un ratito detenidos en pausa inspiratoria, porque esta pausa inspiratoria se acompaña de la inspiración. Inspiración, ya no en el sentido de respirar sino en el sentido de inspirarse. De tal manera que es posible entrar en la farmacopea de los valores espirituales. Si yo experimento un sentimiento de paz, entro en economía energética. Si yo me perdono y puedo perdonar, si yo dejo pasar, entro en una reacción de economía energética curativa, que es para-simpático tónica. Ya no estoy en simpaticotonía, no estoy en reacción de fuga, sino que estoy abrazando el mundo y yo me puedo abrazar cuando puedo entrar dentro de este territorio de una nueva economía de la energía. Simplemente son hologramas. Cuando uno hace el surco de la paz el agua de la vida lo va profundizando solito. Ocúpense por la mañana de tener un momento de paz. Si tienen un momento de paz, este momento es como un monómero que genera un polímero en el tejido de las relaciones durante todo el día, él se encarga de multiplicarse solito. La vida es auto replicativa. La conciencia tiene esta propiedad que es auto replicativa, es una propiedad fractal. O sea que una cosa que es armónica tiende a repetirse, a tejerse y a multiplicarse solita. Basta un solo instante de paz en la mañana para que ustedes tengan paz en el día. Esto depende de esta primera huella que ustedes marquen con su primer paso. Si su primer paso es hacia la paz, no pueden no tener paz en el resto del día. Si su primer paso es el paso del amor no pueden sino dirigirse hacia el territorio del amor por el resto del día. Si su primer paso es hacia la libertad, seguramente este día va a ser un día de liberación. Pero esto no se hace para toda la vida, no se hace la semana santa, ni la luna llena de mayo, ni en la de junio; esto se hace todos los días. La luna llena realmente es cuando tienes la conciencia de la luz en tu corazón, cuando llenas la luna de tu cuerpo con el reflejo del sol interior que es el alma. Entonces hay un momento sagrado de luna llena y este momento pueden ser todos los momentos, el momento sagrado de oportunidad de contacto con el maestro o con el maestro interior pueden ser todos los momentos si aprendes entonces que en tu interior tienes toda una farmacología compleja. Es decir, todos los medicamentos: factor de necrosis, interleukinas, células asesinas naturales, endorfinas, metencefálinas, todos, - exactamente en la dosis necesaria para que tú te sanes, para que mantengas tu equilibrio -, están allí, programadas en el seno de la vida. Y estos medicamentos van a actuar como ingenieros genéticos, exactamente sobre los receptores de las células que lo necesitan, en tus testículos, en tus ovarios, en tu intestino, vas a estar feliz o infeliz con la tripa pero con el corazón, el hipotálamo y el cerebro, con todo el cuerpo, porque esto es una orquesta dinámica y simplemente habría que manejar estos controles maestros. El hombre es maestro de sí cuando aprende a manejar estos controles. Y estos controles los manejamos, no con agujas, ni con láser, ni con pro-caina que va hasta la médula ósea, sino con pensamientos. El hombre es un maestro de su pensamiento, cuando a través de su mente puede conducir con las riendas del pensamiento el caballo de las emociones y la carroza del cuerpo para que todos vayan en la misma dirección. Se trata de ir en esta dirección coherente y entonces conocer que en un momento de presencia y de presente, estamos regulando nuestra respiración y estamos entrando en la pauta de la inspiración, que es la pauta humana. En esta pausa inspiratoria descubrimos la pausa en la que somos creativos, en las que recreamos nuestra fisiología, y recreamos nuestra vida. Miremos que en este centro, además de la dopamina existe un núcleo muy importante. Es el núcleo productor de la serotonina. La dopamina transforma la luz en amor, en pasión por la vida; también en adicción porque podemos ser adictos a este placer que produce la dopamina. Pero la serotonina es aquella molécula que transforma la luz en libertad. Así que el hombre es un gran trasmutador. Transformamos el pasado en paz, el presente en amor y el futuro en libertad. Transformamos el tiempo en valores espirituales, esto es todo. La clave entonces es el tiempo, y el tiempo son los ritmos; pero los están codificados como paquetes moleculares. De tal manera que tenemos un paquete molecular de la ensoñación, de sueños, de la creatividad, del misticismo, de la visión de Dios, del horizonte, de nuestro porvenir, del futuro, y este paquete se llama serotonina. Así de simple, se llama serotonina. La serotonina da hambre y sed de vida en nosotros. Si no tenemos serotonina se nos acaba el hambre y la sed. Mucha gente que tiene trastornos del apetito tiene trastornos de serotonina. Mucha gente que no tiene un horizonte de la vida tiene trastornos de serotonina. La gente que tiene trastornos de serotonina pretende ser perfecta; no se permite ver el vuelo del horizonte, sino que tiene que ver el mundo inter-concreto de lo cuadriculado y perfecto. Allí estás dentro de tu perfeccionismo haciendo un temperamento obsesivo compulsivo. El trastorno obsesivo compulsivo tiene que ver especialmente con el trastorno, (entre otros neuro-transmisores) de la serotonina. Entonces imaginemos la serotonina en el Locus Coeruleus, un núcleo cerca del cuarto ventrículo, en toda la zona del tallo cerebral, un núcleo de neuronas productoras de serotonina estas neuronas deben ascender, y en última instancia se conectan con múltiples circuitos cerebrales, pero no vamos a hablar sino de los primeros. Primero la epífisis. La serotonina es el gran encendedor de la epífisis, y la epífisis es la glándula que nos permite el contacto con el alma. La epífisis es el asiento de la energía del séptimo chacra, del séptimo centro. Es el fuego eléctrico en nosotros, es fohat. El fuego del espíritu en nosotros. Este fuego eléctrico epifisiario controla los ciclos de la luz y la oscuridad. Los ciclos del día y de la noche son controlados a través de la epífisis, vía producción de melatonina. La famosa hormona melatonina, tan calumniada y vilipendiada de la que hemos hablado tantas barbaridades, porque todo lo volvemos moda y consumismo. Pero de todas maneras ahí tenemos la melatonina. Es muy peligroso el uso de la melatonina. No sabemos con que estamos jugando cuando enviamos deportivamente melatonina. Realmente no sabemos a que estamos jugando porque estamos manipulando la retroalimentación del reloj biológico. Estamos manipulando la relación entre la epífisis y el hipotálamo, que es el reloj interno y vamos a ver que esto es útil, por ejemplo, cuando el reloj del hipotálamo se adelanta. Cuando yo me vengo de Colombia a España, adelanto mi reloj siete horas. Y si yo adelanto el reloj se produce un estado de fatiga, un estado de adaptación y de estrés fisiológico muy grande; tan importante que los pilotos que hacen estos vuelos transoceánicos tienen muchísimos más riesgos de enfermarse, más riesgo de suicidio, de alteraciones psíquicas que la población normal. Y esto se sabe porque este riesgo está ligado a este estrés fisiológico de estar adelantando el reloj hipotalámico. Así como nosotros tenemos tiempos de la conciencia, tenemos relojes biológicos que están como marcapasos generando un timming. Este timming establece la calidad de nuestros ritmos internos. Cuando hablamos de algunos de los relojes, hay un reloj adentro en el corazón, hay un marcapasos cardiaco que conocemos y cuando se daña tenemos que poner un marcapasos exterior, porque este marcapasos es indispensable para que el corazón funcione bien. Cada célula del corazón tiene su propio marcapasos interno. De tal manera de que aunque saquemos la célula y la pongamos un liquido especial donde la mantengamos viva y le demos nutrientes, esta célula siempre se está contrayendo al mismo ritmo, a un ritmo de entre cuarenta y cincuenta, tal vez cuarenta ciclos por minuto aproximadamente. Ella es auto-contráctil. Así muchas células tienen estos marcapasos, el hipotálamo tiene un marcapasos, y este marcapasos es muy importante porque señala nuestro tiempo interno y nuestra adaptación a los ritmos exteriores. Todos nosotros vivimos un tiempo interior. Algunos tan a la carrera que fundimos la vida y el corazón, y elevamos la presión. Y algunos tan lentos que literalmente nos quedamos congelados, y bajamos el ritmo de nuestra tiroides, de nuestras gónadas, perdemos la capacidad de metabolizar la vida, no sólo física, sino psicológicamente.
Jorge Carvajal Posada

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