Fuente:Journal of Reproductive Immunology 2009;82:66-73 Los hallazgos de un nuevo estudio se han sumado al peso de evidencias que sugieren que una relación sexual corta es un factor de riesgo significativo de pre-eclampsia. Una duración corta también se asoció con el parto de un bebé pequeño para la edad gestacional (PEG) en un subgrupo de mujeres con hallazgos Doppler anormales durante el embarazo.
Algunos investigadores propusieron anteriormente que una respuesta inmune inapropiada de la madre a los antígenos fetales provenientes del ADN paterno desempeña un papel en la patogénesis de la pre-eclampsia. Se ha sugerido que una respuesta anormal provoca una invasión trofoblástica restringida de las arterias espirales – una característica de la pre-eclampsia y, hasta cierto punto, de los embarazos de PEG.
Esto condujo a la hipótesis de que el riesgo de pre-eclampsia se reduce mediante la exposición previa repetida al semen del padre biológico o una relación sexual más prolongada previa al embarazo. Esto ha sido avalado por los hallazgos de algunos estudios publicados, aunque un gran estudio reciente no halló asociación entre la duración de la relación sexual con el padre biológico y el riesgo de pre-eclampsia.
En un nuevo estudio prospectivo publicado en la presente edición de la revista Journal of Reproductive Immunology, investigadores (Min Kho E y cols.) de centros en Auckland y Dunedin, Nueva Zelanda, y en Adelaida, Australia, investigaron si la duración de la relación sexual se asociaba con el riesgo de pre-eclampsia o el parto de un bebé PEG (debajo del 10º centilo personalizado de peso al nacer).
La población de estudio comprendió 2.507 mujeres nulíparas con embarazos simples que fueron entrevistadas y evaluadas cerca de las 15 semanas de gestación. La entrevista incluyó preguntas meticulosas acerca del historial sexual previo al embarazo con el padre biológico.
En este grupo de mujeres, 131 (5,2 por ciento) desarrollaron pre-eclampsia (de las cuales 29 también tuvieron un bebé PEG). Un total de 263 de las mujeres tuvieron un bebé PEG. El grupo de control consistió de 1.462 mujeres con embarazos sin complicaciones.
La duración promedio de la relación sexual con el padre biológico fue de 40 meses en el grupo con pre-eclampsia, de 42 meses en el grupo con PEG, y de 48 meses en el grupo control.
Los investigadores hallaron que una duración corta de la relación sexual fue mucho más común en las mujeres con pre-eclampsia que en el grupo control:
Duración de 6 meses o menos: 14,5 por ciento de las mujeres con pre-eclampsia versus 6,9 por ciento de las mujeres del grupo control; coeficiente de probabilidad ajustado 1,88 (intervalo de confianza del 95 por ciento 1,05-3,36).
Duración de 3 meses o menos: 6,9 por ciento versus 2,5 por ciento; coeficiente de probabilidad ajustado 2,32 (intervalo de confianza del 95 por ciento, 1,03-5,25).
La primera relación sexual dio lugar al embarazo: 1,5 por ciento versus 0,5 por ciento; coeficiente de probabilidad ajustado 5,75 (intervalo de confianza del 95 por ciento, 1,13-29,3).
No se observaron tales relaciones para el riesgo de un bebé PEG en general. No obstante, en un análisis de subgrupos, los investigadores hallaron que las 58 mujeres con un bebé PEG que tuvieron un resultado anormal en un Doppler de arterias uterinas a las 20 semanas de gestación fueron significativamente más propensas a haber tenido una relación sexual más corta con el padre biológico que el grupo control.
Los investigadores discuten sus hallazgos exhaustivamente en su trabajo completo. Dicen que sus hallazgos demuestran que “una relación sexual corta aumenta el riesgo de pre-eclampsia” y que esto es compatible con la hipótesis de que una duración corta previa al embarazo a menudo es insuficiente para el desarrollo de la tolerancia materna a los antígenos paternos. Y agregan que se necesitan estudios más grandes para investigar mejor la posible asociación entre la duración y el parto de un bebé PEG.